Al margen de la noche de perros que ha hecho, hoy me he levantado con fuerzas y ganas, me he dado un paseo por El Retiro. Este verano he estado bastante por allí y la verdad es que he disfrutado muchísimo, incluso he pasado allí bastantes noches. El Retiro es uno de los sitios que más significan para mí: nada más llegar de Barcelona, lo primero que hice fue ir al parque desde Atocha. La verdad es que al principio, además de mucho miedo tenía una incertidumbre grandísima sobre lo que iba a pasar con mi vida en Madrid. Me sentía como un inmigrante sin papeles. Pero poco a poco paseando por El Retiro empecé a ver las cosas más positivamente. Me sorprendió ver que el parque estaba hasta arriba de gente y cuando vi el lago la verdad es que no podía dejar de pensar en si esto era lo más cercano que podría ver el mar en bastante tiempo, pero la verdad es que me gustó. Esa noche la pasé en El Retiro y la verdad es que no estuvo nada mal. Creo que fue un buen comienzo para dentro de la situación en la que me encuentro ahora. Por eso, de vez en cuando me apetece dar una vuelta por El Retiro, es como el jardín de mi nueva casa y no creo que se pueda vivir en una casa más grande que una ciudad entera.
Bueno, se me acaba el tiempo, que hoy la cosa ha estado flojilla y la gente no está demasiado generosa. Uno tiene que comer, que ya bastante caro sale el tiket del locutorio.
Por cierto, si un día no me dan las “pelas” para el tiquet, escribo los post en un cuaderno y lo publico cuando tenga fondos.
Un saludo Madrid